Del Niágara un buque de Guerra de la Armada Norteamericana desembarco el Béisbol en Paraguanero
En este artículo se realiza un acercamiento a los inicios del béisbol en la Península de Paraguaná, Estado Falcón, norte de Venezuela, que aborda el periodo 1928 - 1934. El trabajo se dedica al examen y reconstrucción de las líneas generales que fundamenta el relato, valoración y análisis de la narrativa del nacimiento de la práctica de beisbol encontrada en la obra titulada -“Aquella Paraguaná”- del acucioso, investigador, periodista crítico y combativo obrero petrolero Ali Brett Martinez. Lo que constituye un relato influyente en el ámbito local, por su característica; social y cultural sobre los cambios inducido en el ser del Paraguanero, a consecuencia de la aparición operativa de la refinación de hidrocarburos, que sin duda alguna como lo enfatiza el historiador; Isaac López (Petróleo en Paraguaná- 2012), “…Es un hecho histórico de principal importancia, pues implica cambios radicales en los patrones sociales, económicos y culturales de la vida de sus habitantes…” Se revisa además un importante conjunto de narrativa dejada por el periodista Alì Brett Martinez en esta obra para establecer las tipologías de la construcción de visiones e idearios de sus fuentes sobre el tema.
En 1928 navegó por el litoral de Paraguaná, el
Niágara, buque de guerra de la Armada Norteamericana que efectuaba la misión de
hacer unas mediciones. De tarde en tarde luego de las asoleadas jornadas
algunos de sus tripulantes descendían a tierra a practicar beisbol. Son estos
marinos estadounidenses los que practican y juegan por primera vez este
deporte en Punta Cardón y Carirubana. En
el primero de ellos en un lote de terrenos donde la Sourth American Gulf, y sus
contratistas habían desmalezado la bahía a la razón de la colocación de
una plantas de vapor que
más tarde levantaría la Royal Dutch Shell adyacente al pueblo de la
Botija de Punta Cardón. Y el segundo en
la planicie de cerro negro donde tuvo instalada la Avenca (antiguo cementerio
indígena). A poco tiempo de haberse
retirado el Niágara, de aguas Paraguanera la gente de estos lugares asiduos
observadores de aquella actividad recreativa ejecutada por los –gringos- se
interesó por la práctica de aquel novedoso juego, pero según datos basado
principalmente en las propias vivencias de -Alí Brett Martínez- encontradas en
testimonios orales y menos numéricos de fuentes documentadas hemerogràfica, no
es hasta 1934 cuando aparecen las primeras novenas organizadas con uniformes y
banderines alusivos a sus equipos todos criollos. Una vieja fotografía
encontrada es la única evidencia conseguida por el autor Ali Brett Martinez
plasmada en “Aquella Paraguaná” la que lo inspira a dar el
testimonio a este año como el
inicio de una hipótesis hasta ahora no
demostrada que afirma la fecha de la realización del primer campeonato de beisbol organizado en
Paraguaná. En la dedicatoria de la postal se lee: “A la familia Suárez le dedicamos esta fotografía para que la conserve
como un recuerdo de la inauguración del Club Apure. A mis buenas amigas de sus
amigos Apureños. Carirubana, 28-05-1934…” El apure,
un tanquero de la Mene Grande Oil Company tripulado por margariteños en su
mayoría, fue el que trajo los primeros bates, pelotas, guantes, mascota y
caretas americanas a Carirubana.
El primer equipo organizado surgido en Carirubana se llamó Pantera Negra. Los promotores según claro testimonio de Alì
Brett Martinez fueron; Juan Sùarez
Fermín y Ángel Ramón Bolívar. Este último lo relacionan como hijo de un señor
de apellido Oyarvide dueño de una bodega
en pueblo. Se conocía en Carirubana popularmente como Tiburcio y por muchos
años trabajó como locutor en la emisora zuliana Radio Popular. Juan Sùarez, de
profesión marino, murió en 1967 con el grado de Capitán de Altura. Su familia
tuvo participación activa en el surgimiento de la pelota local. En Punta Cardón
por su parte crearon la novena Royal Peninsular para competir con Pantera Negra
y el Apure. Los primeros juegos se hicieron en los terrenos de una vieja huerta propiedad de doña Celinda
de Añez también se jugó en el sitio conocido como La Juvada. Estos dos
improvisados campos de beisbol quedaron dentro de la surgida localidad de Punto Fijo, y de acuerdo a
investigaciones posteriores surgida a la publicación de “Aquella Paraguaná” el primero de ellos se
conoció también durante los años 40 con el nombre de la huerta de Celinda y
comprendía una extensión de terrenos ubicada en la calle comercio exactamente
donde se sitúa la estación de servicio Valle, con fondo a la hoy observada escuela Mene Grande (Antiguo Club Mene
Grande). En los primeros de estos estadios
se oyó por primera vez en 1934 canta
el play-ball de boca de alguien que lo había escuchado en
Coro en los aguerridos encuentros del Campo Elías y el Vuelvan Caras.
En estos tiempos no había emergentes y el Royal Peninsular se presentaba apenas con nueve peloteros. Y de sus primeros partidos se saber de buena tinta que lo conformaron; Cresencio Velazco (Cheno Cheno), Ramón Ricardo, Heriberto, Agapito, Raúl y Juan Antonio González, Ricardo Aular y Antonio Tremont. Heriberto González se ganó el apodo de Chingo Cañón por la fuerza de sus lanzamientos. La madrina era Candelaria Nava y la animadora más fanática, Eloida Ventura, quien desafiaba a los seguidores del bando contrario cuando perdía su equipo. En Punta Cardón figuraron jugadores de la talla de Roberto (Bético), Tremont, Antonio José Medina (Pasuro), Crisanto, Simeón y Neptalì Galicia, Conrado Yamarte, Adolfo Padilla, Pedro Díaz, Cosme Tremont (El Zancudo), Salvador Tremont, Neptalì González, Víctor Nicolás Medina, Rafael Zavala, Máximo Díaz y Eufracio Ventura y Esperanza Nava como madrina. El equipo actuaba bajo la dirección del Royal Peninsular. Las competencias despertaban grandes emociones y en cada fin de partido salían a relucir las viejas rencillas entre Carirubana y Punta Cardón.
Los datos aportados y la seriedad de la narración encontrar en “Aquella Paraguaná” de Ali Brett Martinez en este pasaje deportivo lo lleva asegurar que cuando apareció el Royal Juvenil en Punta Cardón, en Carirubana establecieron equipos de esta categoría y entre los mejores figuraron el Carta Blanca, O.K, Concordia, Bandera, Roja, York, América Atlética y el Deportivo de Carirubana. Entre sus precursores se cuentan José Rafael (Pepe), Ocando, Vidal Gómez, Cándido López (Chano Romero), y Fidias García. El segundo conjunto en llegar a Carirubana en la categoría juvenil fue el Independencia. Sus peloteros vestían camisilla amarilla con un caballo en la espalda bordado en negro. Entre sus jugadores más sobresalientes intervinieron Sebastián Zavala, pícher de asombrosa velocidad en sus lanzamientos y a quien era difícil pegarle a la pelota a pesar de que no sabía desarrollar curva Felipe (Manduca) Ventura, Nemecio, Cristóbal y Lorenzo Mavo, José Guarecuco, (Chano Coco), Emilia Sánchez, José Rafael Ocando, Carlos Evaristo Sánchez, juan y Benigno Cuauro, Pantaleón Martínez, Eleuterio (Tello), Naveda, Cornelio (Tom) Martínez, Pastor Chirinos, Gregorio Gómez 8Pata e’ Pluma) y Rafael González, uno de los más entusiastas deportista de entonces que sirvió además de guía porque traía conocimiento de beisbol adquiridos en el Estado Zulia (primer cronista del distrito Carirubana). La madrina de esta novena fue Beatriz Castro, descrita por el cronista Alì Brett con tal hermosura que los beisbolistas les dedicaban sus mejores hazañas.
El equipo del tanquero Apure alineaba así: Eliseo
Rivas, pitcher; Lenchito Sùarez, cátcher; Pedro Rodríguez, segunda base,
Augusto Gutiérrez, tercera base; Cirilo Suárez, short stop; Jesús López, Aníbal
Larez, jardinero central; Antonio Sánchez, Luis Beltrán Granado, Chuito
Torrens, Justo Salazar Paz, Luis Alberto Salazar, Manuel Chirinos (Chiquitín);
Rafael Fernández (Pelayo), y Jesús Brito. Como manager actuaba Rafael Agüero,
comerciante. El Capitán era Rosendo Romero, Capitán a la vez del vapor Apure. Los margariteños importados
fueron; Luis Alberto Salazar (Alambre de Púas) a quien más tarde confirmaron
Luis Baba, Rafael Fernández, conocido como Pelayo, y justico Salazar Paz. El Apure tenía como madrina a Tirsa Sùarez.
Entre los primeros equipos surgidos de estos le siguieron el 24 de julio, el Bolívar, el Águila y el
Caribe, los cuales tenían en sus line-up a muchos de los jugadores del
primero. El Club Caribe, creado por Federico Fernando Fribus (Míster Fribo),
trajo también unos peloteros importado de Coro. Entre los que figuran los
nombres de Nachito Sánchez, Juan de Dios, y Nicolás Perozo.
Alì Brett Martinez, nos emplaza a concebir su ideario deportivo en estas narrativas sobre el beisbol en “Aquella Paraguaná”, desde el supuesto metodológico de la Historia Regional, de entenderlo más como proceso social que como anecdotario en un abordaje serio sistemático de la investigación sobre sus personajes y hechos excluidos hasta ahora de la historia. Pues a desgranar sus investigaciones damos paso a publicar lo desconocido acerca del beisbol. Gracias al Niágara y otros tantos más hoy oímos decir play-ball
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